Hace unos días tuve la oportunidad de ver la película
“Inside out”, que se ha traducido al español como “Del revés”.
Por las reflexiones que me han surgido después de verla,
quiero exponer lo que me han parecido las luces y las sombras de la misma.
LAS LUCES
Es una película divertida y bien hecha, que muestra de una
forma didáctica como diferentes tipos de emociones pueden estar manifestándose y
pugnando en nuestro interior. Cada emoción está representada por un personaje y
cada uno toma los mandos según diferentes circunstancias.
Uno de los aciertos de la película, desde mi punto de vista,
es mostrar la multidimensionalidad de las emociones humanas y como pueden tener
mayor o menor protagonismo según diferentes momentos o situaciones. También resulta enriquecedor el recorrido por
el mundo psíquico interior de la protagonista, lleno de diversos personajes,
recuerdos, islas, etc. Incluso hay una alusión indirecta al mundo del inconsciente, aunque
sea de una forma un tanto simplificada, pues en la película es el lugar a donde
van los recuerdos que ya no tienen una utilidad.
La película también es útil para tomar consciencia de las
maneras tan diferentes de vivir la realidad de los diferentes personajes y de
cómo esas perspectivas a veces pueden dificultar mucho la comunicación, como
ocurre en la cena familiar entre los padres y su hija preadolescente. Cada uno
en su mundo tiene grandes dificultades para comunicarse con el mundo de los otros.
La película, además, nos enseña algo sobre el sentido de la
tristeza y del miedo, como emociones necesarias que tienen su función en reequilibrar
nuestra psique e incluso sirven para conectarnos con el mundo anímico de los
demás o, en el caso del miedo, para prevenir potenciales peligros.
También hay una clara alusión al sentido de vivir una crisis y al crecimiento potencial que puede darse en ella.
Es importante también lo que nos puede aportar para el
trabajo en psicoterapia. Con ciertas técnicas, como la hipnosis, el EMDR, o la
imaginación activa es posible acceder a
ese mundo de personajes interiores e interaccionar con ellos, como si entrásemos
en un mundo virtual con un avatar que nos permite movernos por él y vivir diversas aventuras. Esta entrada en el mundo interior puede ser
muy útil para la resolución de conflictos, para descubrir un potencial oculto,
para el autoconocimiento, la autoconsciencia, etc. Es muy importante que la
psicología actual tenga en cuenta este mundo interno que, en muchas ocasiones,
actúa de manera autónoma, separado de nuestra vida consciente.
LAS SOMBRAS
Detrás del divertido y didáctico argumento de la película encuentro
algunas sombras.
La primera es que no hay ningún personaje que represente a
un yo consciente que media entre unas y otras emociones, tratando de encontrar un entendimiento o equilibrio entre ellas. No se entiende muy bien por qué la alegría es la que ocupa, aparentemente este papel, ocupando un
lugar tan central, marcando muchas de las decisiones importantes, da la impresión de que tiene que ser quién dirija el cotarro... Al no haber
un yo consciente que decide, parece que el ser humano es una marioneta a merced
de una serie de impulsos y de emociones internas que van decidiendo por sí
mismas. ¿Qué espacio ahí en estas metáforas para la decisión libre y
consciente? ¿Y por qué es tan central la alegría, que encima una y otra vez intenta censurar a la tristeza?
Tampoco veo a ningún personaje que represente la razón o la
sabiduría o la templanza (por no hablar de otras posibles virtudes humanas). Los personajes interiores son como niños pugnando, casi todo el
tiempo, por el protagonismo, la mayoría de las veces con actitudes impulsivas y
caprichosas.
Hay también poco espacio para la consciencia del otro (no
aparecen mucho los otros representados en la mente de cada cual, salvo para
transmitir los propios deseos y necesidades). Cada cual, padre, madre o hija,
están totalmente centrados en sí mismos, son personajes egocéntricos y
parciales, con poca capacidad para la empatía, la compasión o la comunicación (hasta que se produce una situación de crisis, que parece que es la que posibilita la conexión entre todos).
El riesgo de muchos de estos planteamientos es el de darnos una visión
mecanicista de la vida humana, dominada por personajillos internos que manejan a cada cual como marionetas dentro de su cerebro. Dichos personajillos, si bien
tienen un gran poder sobre la psique (esto no se puede negar), no podemos hablar de vida humana sin que haya al menos un yo consciente rudimentario (que se da cuenta, al menos parcialmente de lo que sucede), que es precisamente lo que nos diferencia de los animales. Si no, es fácil hacer la
analogía con un perro, como sucede en una de las escenas finales.
En esa visión de la mente regulada por mecanismos emocionales que dominan nuestra
conducta hay una simplificación acerca de la naturaleza humana y de sus
mecanismos. Por no hablar de que desde esta perpectiva obviamente quedan
descartadas la sabiduría interior o la posibilidad de una autotrascendencia con
respecto al propio ego y mucho menos la posibilidad de la existencia de una
dimensión espiritual más profunda.
Haciendo otra conexión con el mundo de la psicoterapia, en
mi experiencia con la hipnosis, la representación del mundo interior y de los
personajes internos es bastante diferente. Los personajillos que se manifiestan en una sesión de hipnosis no son tan
adaptados a las teorías psicológicas vigentes y su funcionamiento sigue pautas bastante diferentes. Aparecen como personajes: niños heridos, duendes traviesos, animales que hablan, monstruos, sombras, hadas,
brujas y magos, objetos simbólicos, talismanes, zonas luminosas y oscuras,
etc. Todo ello tiene que ver con
asomarse al mundo de lo inconsciente, que lamentablemente en la película se ha
reducido a una especie de basurero en el que lo que cae no se recupera y se acaba descomponiendo. Se ve
que quienes han asesorado en la misma, no son muy afines a la idea de un mundo
inconsciente en el que los recuerdos guardados tengan alguna posibilidad de ser
recuperados con alguna finalidad o sus propias dinámicas tengan algún sentido.
Da la impresión de que la película asume una determinada
perspectiva psicológica, parcial y limitada, en la que se pone de manifiesto de
una forma muy simplificada la psique humana. Aparentemente se trata de la psicología cognitiva, que es la dominante en el mundo científico y académico. Pero al menos se hace una aproximación a la existencia de ese mundo interior
que es necesario recorrer para alcanzar un mínimo de madurez y consciencia
en la vida.
A modo de conclusión final, creo que la película es muy
recomendable, pues aunque haya señalado sus sombras, no deja de ser una puerta abierta
a ese mundillo de personajes interiores que es tan importante conocer y
desvelar para conocernos mejor a nosotros mismos.
Estemos o no de acuerdo con todo lo que en ella se presenta, sus planteamientos suponen una invitación a reflexionar acerca de nuestro mundo interior y su funcionamiento. No os la perdáis.