A raíz de la propuesta del curso que
celebraremos en el monasterio de La Cabrera el 10 de noviembre, titulado “El camino de la transformación I: Encuentros con el alma” ha surgido la pregunta
de qué es eso de la transformación y de si realmente necesitamos
transformarnos.
Según el diccionario de la RAE,
un significado posible de transformar es “transmutar algo en otra cosa”.
¿Necesitaremos transmutarnos o cambiarnos?
La cuestión es que más necesitar transformarnos en otra cosa, es importante darnos cuenta de que nos hemos convertido, con frecuencia, en algo
diferente de lo que realmente somos, hemos perdido la conexión con nuestro ser
más profundo, con nuestra alma y por eso podemos sentirnos perdidos, las cosas
de la vida no nos encajan o no nos llenan o sentimos una sensación de vacío,
como si nos faltara algo. Se podría decir que ya estamos transformados, al menos en parte, en algo que no somos, pues podemos estar viviendo mediante máscaras sociales,
conformándonos con lo que se supone que se espera de nosotros, alienándonos de
lo que realmente queremos o dejando pasar la vida, etc. Y cuando este tipo de
experiencias se dan, podemos sentir eso que Frankl llamó “vacío existencial”,
por no estar dentro de nuestro verdadero sentido de vida.
Así que el camino a la
transformación, en este caso, trata de un camino hacia el crecimiento interior,
hacia la toma de consciencia de nuestro mundo interior, hacia la conexión con
nuestra alma y evolución en consonancia con la misma y no con lo que los demás pueden querer de nosotros. Para ello, un
paso posible es tratar de darnos cuenta qué nos impide llegar a la plenitud,
para buscar como superarlo (en esto hay numerosas barreras emocionales,
cognitivas, etc.). El trabajo con los elementos que nos alejan de nosotros
mismos, ayuda a ir dando pasos. A su vez, también es importante buscar dentro
de nosotros qué queremos realmente, buscar nuestro sentido de vida mediante la
conciencia de quienes somos, así podremos ser lo que realmente estamos llamados
a ser.
En este sentido, la Logoterapia
de Frankl, la Psicología Analítica de Jung y algunos elementos de tradiciones
sapienciales y espirituales pueden aportarnos para “transformarnos” en nosotros
mismos. Esta es una parte fundamental del trabajo psicoterapéutico, que vivido
en un grupo, mediante ciertos ejercicios vivenciales, se puede estimular.
Después de años de práctica
psicoterapéutica, soy consciente de que las personas necesitan encontrarse
consigo mismos y reconectar con su esencia más profunda. No en el sentido de
ser unos bebés, sino en el sentido de encontrar la esencia de su ser y de la
realidad, para así realizar su verdadero sentido de vida. Por este motivo, también
hemos querido abrir un espacio de ayuda adicional a quienes quieran
complementar su trabajo personal o psicoterapéutico, mediante otros métodos, en
un lugar de recogimiento y contacto con la naturaleza, como es un monasterio o
en la Universidad de la Mística de Ávila (en donde tendremos espacios para
cursos similares). En conexión con la propia vocación de ayuda de quienes lo
damos, desde la experiencia personal, la experiencia profesional y el fruto del
trabajo de muchos años.
Así que con esta entrada trato de
clarificar un poco más, por si puede ser de ayuda para alguien un paso más en
el camino mediante el trabajo que proponemos, para nuestras almas o nuestro ser
más profundo y así encontrar un sentido de vida acorde con nuestras
posibilidades y potencialidades.